Aprender una lengua extranjera, traducir un texto, hablar el idioma del otro es ir más allá de los límites, es hacer crecer la subjetividad, enriqueciéndola con la de otra cultura. Como la lectura: abrirse al pensamiento del otro y al propio, al mismo tiempo. Hoy sabemos que el proceso de adquisición de una lengua extranjera mejora el conocimiento y la relación con la lengua materna.
De ahí "Extramuros": aventurarse más allá de las murallas de la ciudadela personal para descubrir otros mundos, a la vez propios y ajenos.
viernes, 17 de julio de 2009
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